Actualmente trabajo en la Dirección Departamental de Educación de Quetzaltenango, como profesional I, y tendre la oportunidad de poder narrar un ARTICULO SUSTENTABLE TEORICAMENTE SOBRE UNA EXPERIENCIA LABORAl, relacionada con LA LEY DE SERVICIO CIVIL DEL CAPITULO III OBLIGACIONES Y PROHIBICIONES DE LOS SEVIDORES PUBLICOS
en cierta ocación la Señorita Asitente del Programas de Apyo de esta Dirección Dtal. de ´Educación, no cumplio con cietas normas de disciplina en el trabajo en cuanto a observar el ingreso y egreso al trabajo, por lo que perjudicaba grandemente a las personas que venian a hacer sus tramites y que muchas veces tenian que viajar desde lugares lejano. El horario de salida lo tenia establecido a las 4:00 de la tarde, pero en varias ocaciones por cuestiones de estudio entraba antes de su horario y salia una hora antes lo que ocacionaba no poder atender a las personas y tenerles que decir que ya no era hora de atención al público, esta acción me molesto de gran manera por lo que tuve que presentar una queja al sistema de Gestión de Calidad quie exite en esta institución, por tener a mi cargo la Coordinación de los Programas de Apoyo. En esta ocación hice mensión del ARTICULO 76 de la Ley de Servicio Civil, en donde establece claramente:
LA ORGANIZACION Y DISTRIBUCIÓN DE HORARIOS EN EL TRABAJO. y las reglas de control de puntualidad y asistencia labora. asi como las obligaciones de los servidores públicos según el ARTICULO 75 de la misma Ley. donde reza: NO ALTERAR EL TURNO QUE SE LES HAUA ASISGNADO DURANTE LAS HORAS DESTINADAS PARA EL PERIODO DE ALMUERZO Y DESCANSO.
viernes, 25 de noviembre de 2011
jueves, 17 de noviembre de 2011
COMENTARIO SOBRE DOCUMENTAL LA VACA
LA VACA
Definitivamente la historia de la vaca a dejado una huella en mi forma de pensar, al leer esta historia he comprendido que muchas veces en nuestra vida nos dejamos vencer por obstáculos que no son importantes, irrelevantes y ante todo que la forma en que pensamos es fundamental para llevar a cabo una vida plena y sino perfecta, que nos haga sentir realizados. Cuando leía cada párrafo en mi rostro se dibujaba una sonrisa, porque en varias líneas los ejemplos puestos me hacían identificarme con lo que ahí se narraba y pensé como esto no me sucede únicamente a mi, es así como empecé a comprender la lectura y ha tratar de que lo que estaba escrito dejara un aporte en mi vida y en mi forma de pensar.
Así también deja una gran enseñanza de vida al hacernos comprender que no existen limites para lograr lo que se sueña, lo que se anhela, y en definitiva es así pues como se sabe el cerebro es nuestro motor maestro, es el que domina todo nuestro cuerpo, si pensamos que estamos decaídos que no tenemos animo para realizar ninguna actividad, así será, el cerebro enviara la orden y nuestro cuerpo actuara de acuerdo a como pensamos, entonces si lo aplicamos al contrario, viviremos felices, despreocupados, seremos capaces de alcanzar lo inalcanzable, porque claro esta si pensamos positivamente lograremos mas y mejores cosas.
El cerebro puede actuar en nuestro beneficio o en nuestra contra, es así de sencillo, por ello debemos poner en practica lo leído en esta metáfora de la vaca para mejorar nuestra vida y ante toda la forma en que pensamos, en que vemos la vida y todos los desafíos que se presentan dia con día los tomemos de la manera que debe ser, claro esta no es sencillo porque para eso también se necesita determinación y una autodisciplina.
Para concluir debo decir que de ahora en adelante cada vez que me sienta mediocre o que piense en conformarme, pensare debo liberarme de las vacas de mi vida que por cierto hay varias por ahí, porque definitivamente deja una gran enseñanza.
jueves, 10 de noviembre de 2011
AUTISMO ORGANIZACIONAL
SINTOMAS DE UTISMO EN SU EMPRESA
como la “resistencia al cambio” y “la cultura organizacional”.
El autista posee una visión lineal del mundo, o al menos eso puede observarse en algunos casos de significativa importancia: El orden en que deben ir las cosas, los colores, las formas. Horarios, personas, actividades y otros elementos que deben permanecer inalterables ya que, en algunos casos, generar tal desequilibrio que pueden pasar de una actitud pasiva a una agresiva de amplio impacto. No obstante, y en medio de esa rígida línea de eventos y “orden” esperado, los autistas muestran capacidades artísticas impresionantes, así como la habilidad para recordar, asociar, detallar, calcular y otras tantas expresiones que pueden sorprender a propios y extraños.
Esas mismas características pueden ser vistas en algunas empresas u organizaciones, donde el esquema lineal, inflexible y repetitivo no permite ningún tipo de alteraciones o cambios. Todo debe hacerse como se ha establecido, sin excepciones ni adiciones, pues tal y como se ha concebido el orden de las cosas éstas deben permanecer.
En ese tipo de empresas la “resistencia al cambio” como suele interpretarse no existe. Simplemente el cambio no es una opción, por lo que no puede existir algo que se resista a lo que no existe en su particular burbuja laboral.
Pero al igual que en las expresiones humanas, estas empresas u organizaciones autistas presentan habilidades extraordinarias en el nicho de negocio en el que participan y, bien llevadas, pueden generar un superávit significativo, liderar un mercado, ser la piedra angular de la actividad o el ente con mayor peso.
Sin embargo, a diferencia del autismo clínico, donde quien lo presenta no necesariamente sabe que lo posee, las empresas pueden estar en completo conocimiento de su “condición autista” y sacarle provecho a ello, o ignorarlo completamente y encontrarse con otros que se beneficiarán de sus aparentes limitaciones.
Independientemente de cómo sea, ese autismo organizacional pasa a ser el elemento determinante en la “cultura” de la empresa, la cual somete a sus colaboradores a regirse por las reglas y reglamentos que se han establecido para impedir que algo, lo más mínimo, cambie dentro de ella.
Ese sometimiento reduce considerablemente las capacidades y condiciones profesionales de quienes hacen vida laboral dentro estas “empresas autistas”, pues como en su homólogo clínico, la comunicación es significativamente limitada y usualmente está circunscrita a lo que “el autista” requiere, demanda o necesita, y son los que lo “circundan” los que tienen que procurar atenderle pues de lo contrario puede alterarse el orden y generar respuestas inesperadas.
Las empresas autistas o el autismo organizacional es más común de lo que se cree, existen muchas expresiones de rigidez que rayan en lo patológico, pero que por desconocimiento o ignorancia son catalogados como expresiones propias de “un tipo de administración o negocio” y asumidos como “normal”.
Las empresas autistas pueden ser diagnosticadas y sometidas a “tratamiento” pues, tal y como ocurre en los casos humanos, existe la posibilidad de llevar una vida “laboral” completamente normal si se maneja de manera profesional y con tino.
El autista posee una visión lineal del mundo, o al menos eso puede observarse en algunos casos de significativa importancia: El orden en que deben ir las cosas, los colores, las formas. Horarios, personas, actividades y otros elementos que deben permanecer inalterables ya que, en algunos casos, generar tal desequilibrio que pueden pasar de una actitud pasiva a una agresiva de amplio impacto. No obstante, y en medio de esa rígida línea de eventos y “orden” esperado, los autistas muestran capacidades artísticas impresionantes, así como la habilidad para recordar, asociar, detallar, calcular y otras tantas expresiones que pueden sorprender a propios y extraños.
Esas mismas características pueden ser vistas en algunas empresas u organizaciones, donde el esquema lineal, inflexible y repetitivo no permite ningún tipo de alteraciones o cambios. Todo debe hacerse como se ha establecido, sin excepciones ni adiciones, pues tal y como se ha concebido el orden de las cosas éstas deben permanecer.
En ese tipo de empresas la “resistencia al cambio” como suele interpretarse no existe. Simplemente el cambio no es una opción, por lo que no puede existir algo que se resista a lo que no existe en su particular burbuja laboral.
Pero al igual que en las expresiones humanas, estas empresas u organizaciones autistas presentan habilidades extraordinarias en el nicho de negocio en el que participan y, bien llevadas, pueden generar un superávit significativo, liderar un mercado, ser la piedra angular de la actividad o el ente con mayor peso.
Sin embargo, a diferencia del autismo clínico, donde quien lo presenta no necesariamente sabe que lo posee, las empresas pueden estar en completo conocimiento de su “condición autista” y sacarle provecho a ello, o ignorarlo completamente y encontrarse con otros que se beneficiarán de sus aparentes limitaciones.
Independientemente de cómo sea, ese autismo organizacional pasa a ser el elemento determinante en la “cultura” de la empresa, la cual somete a sus colaboradores a regirse por las reglas y reglamentos que se han establecido para impedir que algo, lo más mínimo, cambie dentro de ella.
Ese sometimiento reduce considerablemente las capacidades y condiciones profesionales de quienes hacen vida laboral dentro estas “empresas autistas”, pues como en su homólogo clínico, la comunicación es significativamente limitada y usualmente está circunscrita a lo que “el autista” requiere, demanda o necesita, y son los que lo “circundan” los que tienen que procurar atenderle pues de lo contrario puede alterarse el orden y generar respuestas inesperadas.
Las empresas autistas o el autismo organizacional es más común de lo que se cree, existen muchas expresiones de rigidez que rayan en lo patológico, pero que por desconocimiento o ignorancia son catalogados como expresiones propias de “un tipo de administración o negocio” y asumidos como “normal”.
Las empresas autistas pueden ser diagnosticadas y sometidas a “tratamiento” pues, tal y como ocurre en los casos humanos, existe la posibilidad de llevar una vida “laboral” completamente normal si se maneja de manera profesional y con tino.
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